Antonio Amaya, un mito de la copla

Antonio Amaya, en pleno apogeo artistico

De izquierda a derecha: Ricardo Ardévol con Antonio Amaya en Sitges (Barcelona), el día de la colocación de la placa. -Enero, 2007-

Placa  dedicada a Antonio Amaya.

Antonio Amaya, autor de la popular canción  «12 Cascabeles»  ha sido, sin duda, uno de los artistas masculinos que mejor ha interpretado la copla. Verle en el escenario era ver una gran exhibición de arte y magestuosidad. Su  lujoso vestuario y su gran belleza física, atraía desmesuradamente al público  femenino que acusía en masa a sus actuaciones. En Enero de 2007,  a sus 83 años, un grupo de admiradoras conjuntamente con el Ayuntamiento de Sitges, localidad de la provincia de Barcelona, donde el artista vive su retiro desde hace años, le ofrecio una placa en recuerdo de su exitosa carrera profesional. Al acto asistió  el rapsoda ,empresario y promotor  Ricardo Ardévol quien, gran conocedor de la trayectoria artistica de Amaya,   lo calificó de artista veloz, inteligente en su género y de gran belleza física durante su apogeo. El alcalde Jordi Baijet dijo que los artistas habían transformado Sitges y el propio Antonio Amaya manifestó que había elegido Sitges para su retiro porque era una ciudad cosmopolita. La nota discordante la dió la entonces concejal de Cultura de  ERC Àngels Parés, no estando a la altura de las circunstancias y «metiendo el remo» una y otra vez,  al dirigirse  a  Antonio Amaya llamándole  Antonio Gala y jerezano: Supino lapsus,  nada edificante para  la representante de la cultura local, ya que Amaya nació en Jaén y Gala, en Brazatortas (Ciudad Real), pero cordobés de adopción.

Eso suele pasar cuando a la cultura se la etiqueta, como en el caso de la localidad de Sitges considerando, sin ninguna lógica: «cultura» a unos determinados actos y «cultureta» a otros. En Sitges, por ejemplo:  las tertulias poéticas, están enmarcas dentro del grupo «cultureta»; seguramente por considerar la poesía, como la hermana pobre de la literatura (craso error).

Pero, lo verdaderamente triste para una localidad del  arraigo e historia de   Sitges  es el caprichoso etiquetado de la cultura; y lo lamentable,  que ésta pueda ser representada por alguien  tan desidioso y de tan  precaria preparación, como la exconcejal. Esos extremos deberían tenerse muy en cuenta, ya que en ello va el prestigio de Sitges, localidad de gran trascendencia internacional.

Francisco Barbachano